viernes, 5 de marzo de 2010
¿Cuál es la diferencia entre estar enamorado y obsesionado? O mejor dicho... ¿estoy perdida por él o obsesionada con él? Muchas veces me gustaría creer que lo que yo siento se llama obsesión, pero cada día que pasa me voy dando cuenta de que no es así… y digo, me gustaría creer que es así porque mis amigas lo llaman obsesión, y es por el simple hecho de no tenerlo conmigo, ¿pero… alguien dijo que para enamorarse se necesitaba tener a esa persona consigo? Alguien obsesionado es una persona que no hay hora que no este pendiente del otro, esta constantemente queriendo averiguar a dónde fue, con quién fue, qué hizo y qué dejó de hacer, una persona obsesionada trata de llamar siempre su atención, quizás… nunca le habló o si, pero un ‘hola’, nunca nada… ¿se entiende? Y yo sé, que lo mío no es así. Yo pude haber estado primero dos días, después una semana y después tres semanas… pero sé que yo lo siento por él no lo sentí jamás por nadie. Tuve la oportunidad de compartir con él un sentimiento alguna vez, tuve la oportunidad de besarlo, abrazarlo y decirle cuánto lo quería; sé que por una confusión todo se torno raro, digamos… él tomó un cambio radical, de 360º. Pasó de ser alguien que iba al colegio, alguien que conocían solamente sus compañeros a ser él… a ser A. Cuando todo terminó y ya no quería saber nada era como que todo alrededor me decía “Que piba tarada, ya vas a caer” y caí, me di cuenta de lo que había perdido y de cuánto lo quería. Él ya no era la misma persona de antes, solamente venía cuando yo lograba algo con alguien y… volvía a caer, pero a él. Me convencía yo misma de que podía llegar a sentir algo por mí, de que algo había causado en él… pero, era un beso y después, ni siquiera se acordaba de que había estado conmigo. Pasó de ser alguien que pasaba desapercibido a una persona presumida, egocéntrica y egoísta, a alguien que no le importaba para nada el dolor que sentían los demás. No importa si iba y plantaba una semilla en tu jardín, total, después la dejaba… crecía con nadie o no crecía directamente; solamente le importaba eso, plantar una semilla y seguir su recorrido. No sé cuanto tiempo vengo pensando lo mismo y aún así, sé que lo amo todos los días un poco más; sé que cuando me lo nombran se me revuelve el estomago (y no son las famosas mariposas, es enserio, una sensación profunda), cada vez que escucho que estuvo con alguien es frustrante. Sé que si lo veo por la calle y esta a veinte mil metros, lo reconozco… reconozco su altura, su rostro, su forma de caminar, lo reconozco a él. Sé que cuando lo tengo cerca me dan ganas de llorar y a la vez de decirle que lo que siento nunca se va a terminar, que no importa cuántas veces me dejo mal, que no importa cuántas veces me hizo dejar de lado algo que valía la pena por alguna que otra palabra de él, que no importa que me haya usado… que simplemente no importa lo que había pasado hasta ese momento. Cada vez que lo nombro es como si mil miradas me atacaran, mil miradas diciéndome ‘Otra vez no’, porque es así… sos inevitable. Es inevitable no levantarme y que en algún momento del día te piense, es inevitable no estar en el Messenger y espiar tu mensaje personal, es inevitable verte y hacerme la desinteresada, cuando por dentro me muero de ganas de que vengas y me hables, de la cosa más estúpida que se te pueda ocurrir, de tus amores, no importa, es una excusa para que hablemos. Cuando estas cerca siento tantas cosas que no sé cual elegir, no sé cuál va primera; me duele el estómago cuando estas cerca, me presiona y no miento, siento como que un calor interno recorre mi cuerpo de pies a cabeza, ese calor que dicen que es la adrenalina; cuando me miras esa presión se hace mayor, tanto que llega a dolerme el estomago. Todavía sigo sin creer que para no traicionar a otra persona y pensando en cuánto la podía lastimar, no te di el beso que insinuaste, ni te dije lo que sentía (la verdad es que no sé si hablabas en serio, o habías superado tu tolerancia de alcohol)... quizás en ese momento me sentí orgullosa, eras con la primer persona que sabía que no iba a poder pensar en los demás y pensar solamente en mí, pero aún así, pensé en lo que podía llegar a ocasionar… y ahora, ser traicionada por la persona en la que yo no quise lastimar, es algo totalmente egoísta; sé que ese beso hubiese sido uno más para vos, otra prueba o experimento para que sigas confirmando que siempre me tenés ahí, pero para mí iba a ser algo totalmente diferente, de hecho, lo es. Estas cosas no las entiende ni mi cabeza, ni mi corazón… no se puede entender cómo después de todos los males que me hiciste, sigo queriéndote, cada día más. Y ésta es la diferencia entre estar enamorado y obsesionado, yo no pretendo cada vez que te veo llamar la atención, al contrario, me muestro distante, desinteresada, no pregunto a dónde fuiste, con quién estuviste; si me pongo a pensar que estarás haciendo, con quién estarás… a quién amarás o a cuántas otras estarás engañando con tus jueguitos, pero lo pienso y nada más. Entonces… ¿estoy obsesionada con vos… o tremendamente enamorada de vos en vano? Ustedes decidirán que es lo que siento yo, porque la verdad es que no lo sé, no sé si creer lo que piensan fuera de mí o lo que pienso yo, dentro de mí. Lo único que se a estas alturas es que, es frustrante sentir todo esto que siento y no poder decírtelo, no poder demostrártelo, miles de personas se reirían por semejante estupidez, pero… tengo un cúmulo de cosas en la cabeza, en el corazón, una bolsa llena que no espera a salir afuera y vaciarse. Estoy resignada a que alguna vez me quieras y me duele en el corazón, me duele muy en lo profundo y muy en lo cercano, es una angustia en el pecho que no para... un sentimiento que no para
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